Decido
extraviarme una tarde cualquiera
Desde
dos tazas ansiosas de café con leche
En tus
ojos donde transitan mundos inauditos
Y me
dispongo a enfrentar el riesgo de mirarte
Sabiendo
de antemano que seré derrotado
En esa
belleza de mujer que pareces desdeñar.
Como
un niño me recuesto un poco
En la
ternura que te crece en todas direcciones
Sin que
puedas hacer algo para evitarlo
Es entonces
cuando tu sonrisa me llena de sorpresivos lagos
En los
que me sumerjo siguiendo burbujas de luz
Y renazco
en el curso de tus historias personales
En memorias
ya sembradas dentro de mí.
Juego
a viajar contigo a través de tus palabras
Y te
siento destilar espíritu en andanzas terrenales
Porque
tu corazón viaja más allá de ti misma
Y bebe
en los crepúsculos donde el amor se renueva.
Sabes
que hay grietas en creencias cuidadosamente elaboradas
Y decides
asumir las dudas aunque te laceren la carne
Porque
abrazas la autenticidad por entre los demás infiernos
Aunque
eso te lleve a oscilar siempre entre la libertad y el compromiso
También
me deslizo furtivo en tus descuidados silencios
Para encontrar
en ti una mujer ceñida a lo extraordinario
Iluminando
desde tu corazón los rincones más cotidianos
Pero siempre
dispuesta a vivir en todos los terrenos,
Vivir
sin concesiones hasta la última gota.
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